Mazda acaba de presentar un nuevo motor diésel en un contexto en el que, en Europa, la mayoría de fabricantes ya han decidido abandonar este tipo de mecánicas. Se llama e-SkyActiv D y es un bloque de 3.2 litros de cubicaje que rinde 200 ó 254 CV con un consumo inferior a los 5 L/100 km.
Este nuevo motor Mazda e-SkyActiv D es un bloque diésel que estará disponible, inicialmente, en el nuevo Mazda CX-60. Más adelante, lo más probable es que se extienda a otros modelos del fabricante. Es un bloque de 3.2 litros de cubicaje que estará disponible en 200 ó 254 CV de potencia y que llegará hasta los 550 Nm de par motor máximo en su configuración más potente. Sin embargo, uno de los puntos clave de este motor está en sus 4,9 L/100 km de consumo.
Como viene siendo habitual en Mazda, para el desarrollo de este motor diésel se han centrado en conseguir la máxima eficiencia posible. Por eso, en su versión de 200 CV consigue un consumo de 4,9 L/100 km y en la más potente se queda en tan solo 5,3 L/100 km. Son cifras que, si tenemos en cuenta la potencia y la cilindrada, así como el tamaño y peso del modelo al que va destinado, sin duda son una referencia.
Por otro lado, la versión menos potente registra unas emisiones de CO2 de 127 gramos y la más prestacional sube a 137 gramos. En el Mazda CX-60, por otro lado, nos promete una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y una velocidad máxima de 219 km/h. Así que, aunque las emisiones y el consumo son muy contenidos, lo cierto es que ofrece unas buenas prestaciones para el SUV que pretenderá enfrentarse de tú a tú con las opciones premium del mercado.
El motor va a acompañado de un sistema mild hybrid de 48 voltios, pero también de la tecnología DCPCI. Esta última, que se denomina exactamente ‘Distribution-Controlled Partially Premixed Compression Ignition’, modifica la forma en la que se lleva a cabo la combustión del diésel en la cámara de combustión. Así, el nuevo motor diésel de Mazda puede cumplir la normativa Euro 7 y ofrecer una cilindrada mayor y unas excelentes prestaciones.
A lo largo de los últimos años, tanto en el desarrollo de sus motores diésel como gasolina, Mazda se ha centrado en reducir las emisiones que producen sus motores en lugar de apostar, como la mayoría de los fabricantes competidores, por eliminarlas a través del escape. Esto, no solo es más ecológico sino que además permite la construcción de mecánicas más simples y también más fiables. Y hasta la fecha, la estrategia de Mazda en el desarrollo de sus mecánicas está siendo impecables. Así que sí, es un motor diésel en plena muerte del gasóleo, pero tiene todo el sentido del mundo un motor de este tipo.